Por el Mariscal Boldini
Mientras todos el país ya piensa en el mundial, Argentina tiene que jugar un amistoso al queda la palabra intrascendente le que corta. Se rumorea que jugará la colorida troup de jugadores del fútbol local.
Ortega, el sábado se pelea con Desabato, le mete una planchazo cargado de mala leche y se insultan. Desabato le dice borracho (ahora lo quiere Boca). El domingo a la noche choca su BMW. El lunes se rumorea, volverá a vestir (por última vez) la celeste y blanca.
El amistoso deja de ser tan intrascendente y yo, sinceramente, quisiera estar ahí.
Creo que alcanza decir que fue el Único en la era post-Maradona que llevó sobre sus hombros la 10 nacional sin murmullos. No es poco, cuando en pleno 1995 se silvaba con odio gratuito a un muy pibe muñeco Gallardo después de errar un penal.
Obviamente hubo varios 10. Pero ninguno alcanzó la unanimidad del burrito.
Veron fiel a su historia, no se calzó la temida diez, quedándose con la cómoda 11 y sus pelotazos tres dedos desde el círculo central.
Se le pueden criticar muchas cosas a estas frases tiradas al azar, pero personalmente creo que el burrito fue el más maradoniano de sus sucesores. Y las semejanzas sobre el cesped son también extensivas fuera de la cancha. El ídolo de pies de barro pareciera ser nuestro modelo, ¿…cómo personas? ¿…cómo pais?
En fin, creo que el día de mañana hablaremos a nuestros hijos de Orteguita y esa gambeta que descolocaba a sus propios compañeros (como alguna vez reconocio el propio Francescoli).
Su primera aparición en el mundial 94, cuando retiraban prematuramente al Diez. El cabezazo al largo Van der Sar en el 98.
También fue el único jugador al que Roberto Carlos le tuvo miedo. Por lo general el 3 brazuca (que usaba la 6, obvio) no tenía empacho en mandarse al ataque sin reparo. Cuando jugaba el burro, RC se quedaba. Obviamente eso cambió cuando el visonario de Bielsa se le ocurrió que le win –ortega- tenía que marcar al lateral contrario (por dios!!!).
Queda su paso poco exitoso por Europa, creo que eso habla bien de un tipo que camina por la cornisa de la vida, como él. Su ida tumultuosa de Turquia y la prohibición de jugar por casi un año. El campeonato con Newells (con goles a River incluidos).
El último regalo de Ortega al hincha de River (QUEDE CLARO QUE MUY LEJOS ESTOY DE SERLO) fueron un par de pinceladas en la recta final del último título millonario. Aquel campeonato feo del Cholo, fue conseguido por un par de genialidades del burro en las últimas 4 fechas, cuando river se quedaba sin nafta y sin ideas. Recuerdo una habilitación más que milimetrica a Buonanotte y el grito desaforado del burrito sacándose la camiseta después de un gol por arriba a Orion. El ídolo decía adios.
