sábado, 26 de mayo de 2012

Garrafa, gran perdedor

Hace un mes que estoy esperando este día. Aquellos que no entienden de fútbol o no lo entienen como yo (cosa que no es tan grave tampoco); ya se han reído a carcajadas de mí cuando expresé mi entusiasmo cerveza en mano después de algún picado intrascendente. No conciben tampoco el cine de la misma manera, y el objeto de este post a lo sumo les podrá parecer simpático, irrisorio o con suerte bizarro; pero nunca interesante. La cuestión es que hace un mes atrás enganché por casualidad una entrevista -en el programa de Bonadeo- a un desgarbado hincha de Banfield.

Son momentos duros para Banfield. El tipo tenía pinta de muchas cosas menos de cineasta, pero contaba entusiasmadísimo como después de un laburo de dos años había terminado junto con dos amigos un documental sobre José Luís Sánchez, el Garrafa. Con eso sólo me compró.

Pocas personas hay que encarnen tan bien a un ídolo. Nada en él era a priori llamativo, pelado, pequeña panza, su nombre y apellidos absolutamente normales. Ahora bien, al acercarse a las historias y anécdotas del mito del Garrafa (que circulan a granel), su figura se engrandece y empezamos a extrañar ese andar cansino.

Parece que se fue a probar a Boca y no quedó porque a los dirigentes no les gustó que fuera en moto, hincha fanático de Laferrere nunca se mudó del barrio y aseguran que cuando salió campeón con Temperley llevaba la camiseta de Lafe mientras daba la vuelta olímpica.

Gracioso, tramposo, amigo del vicio y los barrios bajos, digno exponente de un tango, al que le faltan compositores. No sé ustedes pero yo hoy a las 21.30 hs pienso sentarme tranquilo a ver que se cuenta de ese fenómeno; y si alguno se copa lo veremos juntos.

La última. Cuando en la entrevista le piden el director del documental que lo defina, el tipo hizo una pausa y dijo tres palabras que terminaron de convencerme y me tienen en vilo desde hace un mes: era “Un Perdedor Adorable”. Si uno de los requisitos del mito es la capacidad de identificación; creo que está todo dicho.