jueves, 28 de julio de 2011

Todo pasa, las pelotas.



Por Pechito Gontán

Me empezó a interesar el futbol, de verdad, a partir de los 11 o 12 años, mas o menos.

Antes de esa edad, me acuerdo de lo mucho que me aburría sentarme con mi viejo a ver en la tele los noventa minutos que duraba cualquier partido. No entendía de que manera algo asi podía llegar a ser entretenido. Mucho menos la euforia o angustia demostrada por mi padre, según cual fuese el resultado del evento.

A esa edad todo cambiaba violentamente, claro.

Tanto como para que un año después, a los 13, ya me empiece a creer que me las sabia todas. Incluso en cuanto a cuestiones hasta el momento completamente desconocidas, como sexo, drogas, mujeres y, por supuesto, futbol; entre tantas otras.

El asunto es que, en ese momento, estaba listo para comerme al mundo. Para salir a prepotear lo que toque.

Tengo 14 años, es 1992, todo esta a punto de suceder.

Ese año me hice socio de Boca.
Ese año fui por primera vez a la cancha. Boca – SM de Tucuman, gol de Benetti y campeonato después de once años.
Ese año fuimos a un sauna del microcentro con diez amigos, y debute con una mujer exótica (?) llamada Namir.
Ese año fui uno de los mejores alumnos de mi curso, y me dieron un premio de cartulina por eso, en Diciembre.
Ese año fume porro por primera vez en mi vida.
Ese año me rompieron la nariz, también por primera vez, en una pelea despareja.
Ese año se murió mi mamá.
Ese año no entendí nada.
Ese año, en Septiembre, cumplí 15.

A partir de entonces, entre tantas cuestiones sin dudas tanto mas importantes reclamando mi atención, apareció el fútbol. Y un amor ridículo y absoluto por mi equipo.

Años de pasión. De gloria y sufrimiento, termeándola de local o visitante, de amor terrorista a la camiseta, de inocencia y negación absoluta de cualquier forma de sentido comun.

Aunque nada de eso haya alcanzado para terminar reconociendo el grosero negocio que sin dudas existe detrás de tan evidente farsa, siempre queda lugar para seguir creyendo. Se suprime cualquier forma de inteligencia, no cuesta nada. Un mal necesario, y hasta hoy aceptable.

Porque hasta hoy, en lo que a FUTBOL ARGENTINO respecta, venía creyéndome esto de que había ciertas cuestiones intocables. Que marcaban el limite de lo que realmente valía la pena respetar, aunque sea con el ultimo resto de justicia. Lineas que jamas tendrían que cruzarse, de repente se empiezan a correr.

Parece que no existe nada imposible de negociar. Por mas apestoso que resulte, todo tiene su precio.

Me dan ganas de no ver mas fútbol. De abandonar.

Y de volver a aquella inocencia de 1992.

Esto apesta, y no se como sigue.

Aunque el Domingo que viene, seguro vuelva a la Bombonera.

lunes, 25 de julio de 2011

De Títeres y Payasos




Por el Mariscal Boldini

Dirigió brevemente a Godoy Cruz en la B Nacional. Luego salió campeón olímpico con el sub23.

No hizo demasiado para llegar donde está. Tampoco hizo demasiado para quedarse.

La verba maradoniana lo equiparó con Piñón Fijo.

Nunca me gustó, pero hoy lo veo y siento que es una víctima de Grondona, peón de ajedrez que es mandado al muere para dar píe a una nueva “movida”. Obviamente el saco le quedaba grande.

Probablemente hoy a la tarde, en reunión de la AFA, se sepa su final.

Una cosa me llama más la atención y no quise dejarla pasar. Hoy en la misma reunión, se discutirá si a partir del año que viene se fusionan la Primera A y la B Nacional. La movida es tan tirada de los pelos como posible. Tiene que ver con que a fin de año hay una elección presidencial en la AFA con la presencia de Daniel Vila -el dueño del canal América y amo de Fantino- queriedo serruchar el piso. Y el Don quieríendo asegurarse los 20 votos de los equipos del Nacional B.

Todo sin disimulo y en la porpia acar del hincha. Otra vez Don Julio juega arbitrariamente con mi pasión.

Ya he escuchado a algunos quejarse y decir un par de cosas. Lo que no entiendo es como se discute si es buena o mala la idea sin tener en cuenta su origen, que empaña todo.

Lo peor es que tengo la sensación de ya haberlo vivido. Los chanchuyos, mezclados con una total ausencia de vergüenza para aunque más no sea disimularlos.

El deja vu, viene a mi mente, y 10 años se patentizan. Tres palabras: DECADA DEL 90.

PD: ...para el que no la vio, la tapa del martes...




viernes, 22 de julio de 2011

Me diste en oro un puñado de amigos




Por el Mariscal Boldini

Frente a la ceremonia ritual de la “pisadita” que antecede a cualquier picado barrial; el querido Manuel Mandeb, observó que sus decisiones, a la hora de elegir a sus compañeros de equipo, no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.


Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces. El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico.

Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.

(Alejandro Dolina, de Crónicas del Fútbol en Flores, en Crónicas del Ángel Gris)

Dado que la actualidad futbolística, no da ni para hablar; sentimos la necesidad de volver a las fuentes. A los temas eternos. Y en Calma Chicha somos de los que sostienen férreamente –más aún si tenemos un vaso de vino en la mano y un par adentro- QUE EL ÚNICO LUGAR DONDE SE CONOCE A UNA PERSONA DE UN MODO DEFINITIVO Y PROFUNDO ES DENTRO DE UNA CANCHA DE FÚTBOL. La competencia real y sentida, donde uno debe dar todo, nos desnuda, demuestra nuestras virtudes, miserias y limitaciones. Y de ese modo a veces nos une de un modo definitivo con tipos quienes de otro modo no hubiésemos cruzado palabra, o no nos aleja de gente que pintaba ser más copada.

Por eso en este día del amigo –que ya pasó, y también su correspondiente resaca, que impedía escribir- desde este rinconcito quiero rendir sentido homenaje a todas esas amistades que han surgido o se han consolidado en una cancha. Porqué son de las buenas. Gracias a Dios, cuento en mi haber con un par de esas relaciones, que atesoro como figuritas difíciles.

Para terminar de una buena vez tanta mariconada, y cerrarla mariconamente, una dedicatoria especial, para el coautor de este blog, figurita difícil si las hay, el querido Matías “Pechito” Gontan.

sábado, 9 de julio de 2011

No se puede (vivir del amor)




Por el Mariscal Boldini

Argentina ya perdió. No importa el resultado contra Costa Rica.
No sólo era la posibilidad de ganar algo después de 20; era la posibilidad de reivindicarse. Y aunque se ganase, lo otro parece que no sucederá.

A mi este equipo me hizo acordar a todos los equipos del campeonato local que juegan mal. Pareciera una ley de la vida, cuando algo está mal, ESTA MAL. Desde la designación rara y poco justificada de Batista, a la convocatoria de casi los mismos jugadores y la convicción abstracta de que “íbamos a jugar distinto”. Pavadas.

Para ser corto.

Que le falta?

Vieron la película LOS SUPLENTES? (película de cable en la que Keanu Reeves es jugador de fútbol americano y Gene Hackman el DT). Están jugando una final y los contrarios los están paseando hace un rato. Deciden cambiar. Qué hacen en la primera jugada? Cada uno se tira encima de un rival y lo caga a trompadas.
Yo empezaría por ahí. Obvio que no alcanza. Pero el próximo partido los rivales deberían tener los tobillos hinchados y dolor en las costillas. El problema es anímico.

Todo el mundo está esperando algo de Messi, un tipo que así como se gambetea 5 en una jugada, no es capaz de poner una cara seria de enojado o cagar a pedos a un compañero. La última vez que vi bien a Messi dentro de un equipo nuestro fue 4 años atrás, en la Copa América que dirigió el Coco (y perdimos la final con Brazil). Porqué jugaba bien? Porque el 8 y el 10, eran Verón y Riquelme. Con todo lo que eso implica no sólo a la hora de jugar sino de absorver presiones.

El miércoles todas las cámaras lo buscaron a él. Ya ni siquiera estaba el Diego en el banco, bancando las miradas. Por un momento pensé, “este pibe va a terminar mal”; luego pensé, con la vida maravillosa que tiene donde vive, lo va a superar.
A eso hay que sumarle otro problema; el técnico. Tipo que difícilmente pueda entrar al vestuario y cagarlos a pedos a todos y cada uno, como correspondería por jugar con esa actitud de mierda; porque él mismo está de prestado (lo demuestra como se tuvo que fumar las críticas de Grondona tras perder con Nigeria). Faltan ahí lideres. Nuestra esperanza no puede ser la vergüenza futbolística de Nico Burdisso. Está bien que el tipo da todo, pero que sea el que saca el pecho evidencia una flor de carencia en el grupo humano. Qué le pasó a gente como Milito o Mascherano, que con 18 años cagaban a pedos a los de 30? De Banegas, Gago, Cambiasso o Di Maria, no espero más que los otros los entusiasmen. Si repasas la lista parecieran pocos los de carácter.

En fin, lo que quería decir –entre tanta palabra indignada que se escucha hoy en día- que lo primero que hay que recuperar, para mí es el orgullo. La gente lo va a entender y ese será el comienzo de algo, o al menos un final digno para un feo momento.

Ah, y la tele me tiene harto.

viernes, 1 de julio de 2011

Dignidad de cotillón


Por Pechito Gontán

Un año atrás, por estas fechas, comenzaba el Mundial.

A nadie le preocupaba la inminente llegada de una ola de frío polar, ni superar el record de baja temperatura establecido en Julio de 1967.

Durante un mes se suspendieron las noticias, y nos pusimos monotemáticos.

Se han dicho y escrito infinitas cuestiones al respecto, antes, durante, y después de los hechos. Nosotros aportamos algunos humildes renglones, con la mejor intención. Están disponibles para quien tenga ganas de aburrirse un poco, mas atrás en el archivo.

En algún momento, recuerdo que se intentó explicar cierta diferencia en cuanto a la pasión despertada por la selección, con respecto a la generada por los clubes y el campeonato local; reconociendo a esta ultima como definitivamente mas legitima, duradera y autentica; siempre desde nuestro humilde punto de vista, claro.

Aun asi, una vez comenzado el Mundial, nos olvidamos por completo de nuestra supuesta frialdad teórica, entregandonos desenfrenadamente a gozar o sufrir con cada partido que le tocase jugar a Argentina.

Hoy empezó la Copa America, evento que no logró generarme ningun tipo de expectativa previa. Sobre todo debido a la magnitud de los recientes acontecimientos históricos que han tenido lugar en el futbol local, de publico conocimiento.

Claro que eso no alcanzó para impedir la invasion de humo mediatico, inevitable en estos casos. Porque siempre hay algo que vender, cada vez que la selección esta por jugar un torneo.

Novelas por convocatorias, proliferación de directores tecnicos anonimos, humo periodistico a granel y, por supuesto, las tradicionales publicidades, con su habitual mensaje manipulando ridículamente un falso nacionalismo.

Nada de eso me importo, ni llego siquiera a molestarme, ya que hasta el dia de hoy, mi atención estaba puesta muy lejos de tales cuestiones.

Pero hoy jugo Argentina, y desde el segundo inicial de ese primer partido, volvi a ocupar mi lugar de hincha pelotudo de la “Celeste y Blanca”. A sufrir y putear, atando una vez mas mi estado de animo a la suerte de este equipo poblado de estrellas millonarias, de forma inevitable.

Algo parecido, aunque bastante menos fundamentalista, a lo que me sucedía hace mas o menos un año atrás.

Se que, con el correr de los partidos, mi preocupación y compromiso emocional (?) con el asunto ira en aumento.

Podré gritar goles, angustiarme, o comerme el chamuyo sentimental cuando suene el himno. Podre incluso, llegar a ponerme la unica camiseta argentina que tengo, esa del 99, cuando jugaban Palermo, Riquelme y el Mellizo.

Pero hay algo que me prometí nunca hacer, pase lo que pase. Jamas voy a usar uno de esos gorros de arlequín celestes y blancos que son fija en cada publicidad pelotuda de la selección.

Ese es mi limite. Me queda poca dignidad, y pienso defenderla como sea (?)

Ah cierto, me olvidaba un temita.

Hoy empatamos con Bolivia (!) en el primer partido.

"Un delantero estrella de los nuestros debe valer mas o menos lo mismo que todo el plantel rival", escuché decir a algún comentarista, fingiendo sin asco su ensayado tono de indignación.

Ya me empecé a calentar.