Por el Mariscal BoldiniEstoy en lucha. Uno intenta ser serio, sensato, decir algo cierto más allá de un grito mezclado con puteada, la locura afónica o simplemente el abrazo silencioso. Cómo ubicarse a mitad de camino entre los numerosos detractores de este Independiente (el Turco regaló a la gente de Paso a Paso un banderín de Goias y el fixture del próximo año de la B brasilera para que los sorteen entre los numerosos hinchas que parecía tener en nuestro suelo) y los fanáticos mas obtusos.
¡Qué lindo es ganar algo!
Básicamente, lo necesitábamos. Demasiado. Que me digan que es una copa de segunda (tiene algunas contras como que la supieron ganar Arsenal, San Lorenzo y Cinzano) o que insistan en que Goias se fue a la B y sin embargo nos costó un huevo. NO ME IMPORTA.
Por momentos este equipo me hizo sentir ORGULLOSO (muchas veces) como ayer hasta los 15 minutos del segundo tiempo. Cuando hacíamos realidad la hazaña, haciendo los goles que todos decían que no podíamos hacer y pasábamos por arriba a un rival confundido. Después vino la angustia, Hilario, los palos, los offsides, Gracian incapaz de agarrar la pelota y aunque sea tenerla un rato o meter un buen pase en profundidad para el pelado Gómez. Finalmente los penales. Lo podríamos haber ganado en los 90 (como también perderlo en el alargue).
En esta última semana escuché varias veces el cuento de Eduardo Sacheri, “Independiente, mi viejo y yo” y mientras lo escuchaba y soñaba con la remontada imposible pensaba en el hincha rojo. Un tipo acostumbrado a tomar champán que hace tiempo se quedó sin laburo. Un tipo que mira con desdén el fútbol mal jugado aunque sea su mismo equipo el que lo practique. Un tipo cuyos cuentos de cuna hablaban de gloria, de un orgullo nacional que ninguno de los otros grandes del fútbol nacional podía equiparar. Un aristócrata.
Hemos crecido creyendo ser herederos de esa gloria. Que hablaba de mística y fútbol bien jugado.
Anoche chusmeando lo que la gente escriba en internet, vi que la gran mayoría coincidía en algo así como “estamos de vuelta”.
Creo que es cierto; pero lo que está de vuelta no es la mística o la gloria. Lo que ha vuelto, señores, es nuestro orgullo, el amor propio, y eso es indispensable. En el mejor de los casos este será un buen comienzo (para salir de perdedores, para volver a ser un equipo difícil, para vender algún buen jugador del club y dejar de traer muertos a préstamo).
PERO BASTA, BASTA DE PALABRAS PENSADAS, BASTA DE AGUMENTOS, AVELLANEDA ESTÁ QUE ARDE Y NADIE NOS QUITA ESTA ALEGRÍA, LAS GANAS DE ABRAZARNOS AL GRITO DE VAMOS ROJO CARAJO Y VAYANSE TODOS A LA RECALCADA C... DE SU RESPECTIVA MADRE!!!!!!!!!!!!!!
Espero sepan disculpar, sin más, saludos!