viernes, 22 de julio de 2011

Me diste en oro un puñado de amigos




Por el Mariscal Boldini

Frente a la ceremonia ritual de la “pisadita” que antecede a cualquier picado barrial; el querido Manuel Mandeb, observó que sus decisiones, a la hora de elegir a sus compañeros de equipo, no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.


Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces. El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico.

Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.

(Alejandro Dolina, de Crónicas del Fútbol en Flores, en Crónicas del Ángel Gris)

Dado que la actualidad futbolística, no da ni para hablar; sentimos la necesidad de volver a las fuentes. A los temas eternos. Y en Calma Chicha somos de los que sostienen férreamente –más aún si tenemos un vaso de vino en la mano y un par adentro- QUE EL ÚNICO LUGAR DONDE SE CONOCE A UNA PERSONA DE UN MODO DEFINITIVO Y PROFUNDO ES DENTRO DE UNA CANCHA DE FÚTBOL. La competencia real y sentida, donde uno debe dar todo, nos desnuda, demuestra nuestras virtudes, miserias y limitaciones. Y de ese modo a veces nos une de un modo definitivo con tipos quienes de otro modo no hubiésemos cruzado palabra, o no nos aleja de gente que pintaba ser más copada.

Por eso en este día del amigo –que ya pasó, y también su correspondiente resaca, que impedía escribir- desde este rinconcito quiero rendir sentido homenaje a todas esas amistades que han surgido o se han consolidado en una cancha. Porqué son de las buenas. Gracias a Dios, cuento en mi haber con un par de esas relaciones, que atesoro como figuritas difíciles.

Para terminar de una buena vez tanta mariconada, y cerrarla mariconamente, una dedicatoria especial, para el coautor de este blog, figurita difícil si las hay, el querido Matías “Pechito” Gontan.

2 comentarios:

  1. Cuanta verdad, tantas veces compartida y confirmada, ya sea en el verde cesped (?) o teorizando frente a una botella.
    Ud sabe Mariscal: mi adhesion a la causa es irrevocable, tanto como su titularidad vitalicia en mi 11 ideal.
    Y basta, que me emociono maricon.
    Abrazo de gol pedazo de amigo.

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  2. Gracias por semejante titularidad amigo!!!!

    PD: urgente, posteemos alguna pavada; tanta demostración de afecto comienza a incomodar!!

    ya creo escuchar los insultos de Menendez -por cierto, tb un amigo. De esos a los que no le gusta que se lo digan ni lo abracen, no?

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