martes, 6 de septiembre de 2011

BOCA y boquita



Por Pechito Gontán

Soy hincha de uno de los dos clubes mas grandes y populares de Argentina.

Escucho con frecuencia esto de que ser hincha de Boca, o de cualquier grande, es facil. Cualquiera es de Boca, dicen.

Como si ser de Boca, Ferro o Temperley fuese una eleccion logica, previamente analizada y madurada durante años.

No hace falta ningun estudio estadistico ni encuesta popular para determinar lo que todo hincha medianamente enterado ya sabe: casi nadie decide cual va a ser el club de sus amores siendo ya un adulto habilitado a pensar y opinar por si mismo.

Aprovechando la inocencia de nuestra niñez, nuestros padres, algun tio, vecino o equipo exitoso del momento, nos trasladan su pasion, la que sea. Al principio la aceptamos sin saber muy bien de que se trata, solo entendemos la irrevocabilidad del asunto. Hasta que un buen dia, empezamos a sufrir o disfrutar viendo un partido. Ahí la cosa ya se vuelve personal, y será para siempre.

Yo soy de Boca por mi viejo, que nació y creció en el barrio. Yo tambien nací y crecí por estas lados, en 34 años, mis cambios de domicilio nunca se alejaron a mas de cinco o seis cuadras de la Bombonera.

Al principio no me resulto nada facil ser bostero. Fui a la cancha religiosamente, a todos los partidos, incluso de visitante, del 92 al 97. Cualquiera que tenga mas de treinta y un poco de memoria, sabe que no la pase nada bien por aquel entonces.

A partir del 98, y hasta el 2003 mas o menos, segui yendo, aunque casi siempre de local. Eso si fue facil, claro, siempre es fácil festejar. Lo imposible, y mas también, sucediendo y durando años imborrables, tal vez irrepetibles. Se sabe.

En esa etapa, empecé a ir con mi viejo a la nueva platea preferencial, Esas que construyeron debajo de los nuevos palcos después de tirar abajo los viejos tres pisos con la torre en el medio. Esto fue un par de años antes del 98, cuando empezamos a ganar todo. Hasta entonces, siempre iba con mis amigos del barrio a Socios, abajo de la 12.

No creo que haya mejor lugar para ver el partido en toda la Bombonera como esa platea, en la segunda fila, justo en el medio de los bancos de suplentes.

Deslumbrado por mi nueva ubicación de privilegio, no me di cuenta de que en ese exacto momento y lugar, estaba naciendo una nueva clase de hincha de Boca. El peor espécimen de los 90’s, que hasta entonces no tenia lugar donde sentar su culo VIP. Tipos que no entendían absolutamente nada de futbol, que venían a mostrar el nuevo modelo de celular y a su gato de turno. Que se sabían los nombres de dos o tres jugadores. Que opinaban, gritaban ridiculeces, y no paraban de comprar cocas y panchos que dejaban por la mitad.

Para ellos, Boca habia nacido en el 97/ 98, tenían todas las versiones de camisetas Nike, y se iban cinco minutos antes de que termine el partido para no cruzarse con los negros que los hacian cantar durante el partido.

No sabian quien carajo era Soñora, Comas o Stafuza.

Para ellos Boca no era Boca, era Boquita.

Jamas escuche a mi viejo, o a cualquier amigo de esos que iban conmigo a Socios, decir “Boquita”.

No me vengan con Boquita, no se que es eso. Yo no soy eso.

Yo soy de Boca, el mas grande de todos.

De eso no hay dudas, no perdamos tiempo con encuestas al pedo (?)

Perdón, a veces me cuesta mantener la seriedad.

Un saludo al Mariscal, que ya extraña al Turco. Siempre con respeto, claro.

1 comentario:

  1. La peor parte de los años mas gloriosos.
    Por gente como esta nos odian cada dia mas.
    Y porque somo lo ma grande, papah (?), eso no es novedad.

    Muy buen analisis de los ultimos tiempos.

    Ud. parece un bostero de los buenos (?)

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