jueves, 8 de marzo de 2012

Mujeres -si pueden con dios hablar-



Cuando era chico pasaba buena parte del tiempo intentando descubrir “cómo” funcionaban las cosas. Por ejemplo, respecto de los alemanes, alcanzaba con saber que eran ordenados, rivales fuertes y peligrosos; pero no tan creativos como nosotros (en mi infancia futbolística tenían la etiqueta de “malos” –como en una película yanqui de 2° Guerra Mundial).

Respecto de las mujeres, nunca hubo mucho lío. Suponía que no les gustaba el fútbol, que veían los partidos sólo en los mundiales –misa pagana si las hay- y que generalmente tenían algún equipo por el que hinchaban en general, sin conocer los detalles de la formación o los resultados semanales.

Mi primer recuerdo que vincula a una mujer y al fútbol, era de una compañera de 4° grado que cantaba en italiano la canción de Italia 90, y la maestra además cada dos por tres la hacía pasar delante de la clase y cantarla. Era flaquita, morocha y a mí me gustaba en silencio. Un año después me cambiaron de colegio.

Fuera de eso, obviamente las mujeres siempre me resultaron más difíciles de entender que el fútbol; pasaron los años y nunca encontré del todo ese “cómo” funcionan las cosas.

Hasta que la conocí. Ya nos gustábamos, ya había algo en el aire.. y hablando de nada, en la casa de un amigo en común, me pregunta de qué cuadro soy. Cuando le digo que de Independiente. La mina suspira casi fastidiada. Declara ser de Racing a mucha honra. A mí no me pareció muy grave, estaba buena y no veía cómo eso podía ser un obstáculo. Con el tiempo, después de haber tenido suerte -el único “cómo” en que pude confiar- descubrí que era una fanática. Que había tenido otros novios de Independiente, que odiaba profundamente a todo lo que tuviera que ver con el rojo y que viviendo con en ella podía ver tranquilo fútbol de primera.

Con el tiempo le fui explicando algunas cosas de táctica, las variables del promedio del descenso, la acompañé a La Casa de Racing a ver el agónico choque con Belgrano por la promoción y escuché como después del pitazo final y la permanencia en primera asegurada, ese grupo de muertos nos puteaban felices de la vida. Un día se puso a jugar a la pelota, juega atrás y viene contenta cada vez que mete un gol o se siente impasable. En fin, quería hablar de mujeres y fútbol en general, sin hablar de botineras, pero uno siempre derrapa… que se le va a hacer.

Para completar, una conversación con Gontan, cuando hacía poco que había conocido a Vale y uno cuenta entusiasmado los pequeños descubrimientos. Como siempre había una cerveza de por medio. Gontan me pregunta si la mina es fanática de verdad. Y yo le digo que sí, dando ejemplos y barbaridades dichas por ella acerca de Independiente. Hago una pausa, “Igual, sabés lo que me dijo??”. “Que si algún día tenemos un hijo, va ser de Independiente, porque el chico debe ser del cuadro del padre”.

Gontan, tipo serio en las cosas importantes, tomó cerveza, me miro fijo y me dijo: “esa, es una buena mujer”.

Por último, estoy contento sabiendo que si algún día nace ese pequeño Boldini, y en vez de pequeño, es “pequeña”; será morocha y desgarbada y tendrá una camisea roja que le quede larga, mientras patea una pelota más grande que ella misma…

3 comentarios:

  1. Morí de amor. Como siempre Gontán batiendo la justa.

    ResponderEliminar
  2. Cada dia te quiero mas Boldini.
    A vos tambien Niña.
    Y si, la hincha de Racing es una GRAN mujer, se sabe.

    ResponderEliminar
  3. La verdad estoy muy agradecida y sobre todo creo que este (en mi humilde opinión) es lejos, el mejor post de calma chicha. Pues, el personaje me resulta muy interesante (básicamente porque soy yo) y la historia con Boldini es muy linda también =) (igual todo hubiera sido mejor si fuera hincha de la Acade, sin lugar a dudas!!!!!!!!)

    ResponderEliminar