martes, 31 de mayo de 2011

Viento fuerte y arremolinado



Por el Mariscal Boldini

Final de temporada. Campeones, gente que se queda ahí, mercado de pases y… descenso. El tema pareciera ser River pero no lo es. Hay algo que hace ya par de fechas me tiene mal. Y es la racha nefasta de Huracán.

De algún modo extraño sufro. El fútbol a veces tiene esas cosas. Hay algunos malos momentos que no sólo son malos, sino que son peores por no estar preparados para esa situación. Algo así le pasó a Central al perder la promoción con All Boys, o a la gente de Chicago viendo que Tigre se quedaba en primera en su cancha. Huracán hasta hace un rato peleaba por salir de la promoción, hoy se le armó una pelea para la que tal vez no estaba preparado.

Y yo sufro, sufro al pensar en tanta bronca, en tanto hincha viejo con la memoria cargada de la gloria del “sexto grande” sufriendo; gente que se pone colorada y se queda sin aire de putear, desaforado. Lagrimas, bronca, ira, sentir que no alcanza y la impotencia que sólo busca algo que romper.

Uno de los más lindos recuerdos del Globo, es el retrato del hincha quemero que hacía Sacheri en EL CUADRO DE RAULITO. El protagonista, hincha de Huracán, no quiere imponerle el cuadro a su hijo, lo deja elegir de quien ser hincha. El pibe a los 8 se hace de River por un tío. Hasta una tarde en la que padre e hijo escuchan un River Huracán en la radio, juntos en un patio con macetas. Gana River 3 a 2. Sin embargo Huracán lo aprieta hasta el final y está ahí nomás del empate. En esos minutos cruciales, el padre descubre que el pibe por debajo de la mesa tira una patada, amaga un cabezazo siguiendo el partido. Pero algo llama la atención, los centros caían en el área de River. Y los movimientos del niño no son los de un defensor, sino los del delantero. Más tarde lo encuentra encerrado llorando. Era del Globo. Los cuadros no se eligen y Huracán tiene algo de esa mística de los viejos equipos porteños, de Platense, Ferro.

Había un detalle más, fundamental, en la descripción del hincha quemero. Marcado a fuego como en un tango por las dos últimas finales perdidas. La del 94 contra Independiente y la última contra Velez. No puedo dejar de pensar en Brazenas y lejos de que sea un excusa creo que si no hubiese convalidado aquel gol de Velez algunas de estas cosas seguramente no estarían pasando. Después, ha habido mala dirigencia, errores y más errores. Pero qué se le va a hacer el globo me cae simpático, por historia es más de primera que un Godoy Cruz, All Boys, Arsenal u Olimpo.

Desde acá, un abrazo.

2 comentarios:

  1. Comparto la tristeza por el Globo Mariscal.
    Huracan es de los pocos clubes por los que siento cierto cariño permanente, mas alla de su historia o presente. Me pasa lo mismo con el Lobo platense, unico equipo (sacando al mio, claro) al que fui a ver mas de un par de veces, acompañando a un amigo tripero.
    Ambos estan hoy con un pie en la B.
    Y a los dos tambien, casualmente, su querido Independiente les cago una vez un campeonato, alla por mediados de los 90.
    El del 94 al Globo fue una final, a todo o nada, el que ganaba salia campeon, y punto.
    Pero en el 95 le clavaron ese 1-0 al Lobo en el bosque, robandole sin sentido el misero empate que necesitaba esa gente para ser campeones por primera vez en su puta historia. Ahi si que estuvieron mal.
    Yo estuve en la popular local ese dia, con mi amigo el Pelu. Y encima salio campeon San Lorenzo...que necesidad! Los odie ese dia.
    Que garron que Huracan se vaya a la B y suba Atletico Rafaela, o San Martin de San juan.
    A veces el futbol no se entiende.

    ResponderEliminar