martes, 17 de agosto de 2010

Papi



Por el Mariscal Boldini

En el universo del fútbol hay un punto pendiente de análisis. La gran mayoría de los que nos gusta el fútbol, no jugamos al fútbol; jugamos al papi fútbol.

Los motivos pueden ser varios. Ya sean los tiempos modernos, la dificultad de conseguir gente y trasladarse o que la gramilla del césped esté más cara; lo cierto es que con el tiempo vamos desarrollando una involuntaria pero extensa carrera de jugador de papi. (Sin haber consumido en nuestras vidas un segundo de TV de fútbol sala, a excepción de Tinelli en Ritmo de la Noche y algún minuto malgastado en el Showball).

Soy un convencido de que el mundillo del papi sería genial para un ensayo sociológico o algo así. La variedad de las canchas (que muchas veces vienen de ser canchas de paddle, basquet o handball), las rutinas propias de ese lugar y que en una cancha de once no serían posibles, el tipo de juego y el alarde del mismo de quienes lo practican; creo que es sencillamente inagotable. Y semejante análisis debería estar resaltado por esa contradicción que marcamos antes de empezar, los cultores de ese mundillo son hinchas del fútbol once contra once y no de este aborto que nos es tan querido.

Personalmente, a los 18 cambié de lugar de residencia. El desarraigo tiene varios matices, y uno muy notorio es que así como perdés con quien salir a la noche, perdés con quien jugar un partidito.

Sucedió lo que sucedió varias veces más y que creo que ha todos alguna vez le ha pasado. No tener “un grupo”. Ahí empieza el problema y en eso me quiero centrar. Cuando no tenés un grupo: primero, algo te falta; después, te convertís en un tipo al que se puede llamar a cualquier hora para decirle si puede ir a la otra punta de la ciudad a las doce de la noche siendo las once y media… Y vos decís que si, encima, chocho.

Uno se vuelve un ser que está a la caza de un grupo, y a donde lo invitan busca dejar una buena imagen. Se vuelve experto en tirar un chiste oportuno y meter el comentario que la actualidad futbolística pida (respecto de lo futbolístico con no desentonar alcanza, si te llamaron es porque les falta uno, no porque necesiten a Cruyff).

Si sos bueno podés llegar a correr con la ventaja de que se diga, “che, llama a tu amigo, al que juega bien”. Por lo pronto, no me paso.

En esas épocas de sequía (sólo equiparables a cuando ninguna mina te da bola) he intentado acercarme a grupos muy disímiles, de los cuales pronto me alejaba justamente el hecho de que no había nada en común.
A) Amigos de mi primo: mi primo jugaba mucho a la pelota y tenía dos grupos, unos eran muy malos y el grupo nunca se formó, los otros eran muy buenos y nunca me aceptaron.
B) amigos de un flaco que había vivido conmigo en una pensión: (sí, el vínculo era muy lejano, y eso mismo ejemplifica lo dicho arriba, uno hace cualquier cosa por un maldito partido de fútbol) estaban en mi nivel por lo que no tuve problema, no recuerdo ahora de donde se conocían pero eran muy tarados y habían armado dos bandos que nunca se mezclaban entre sí y llevaban la cuenta de que bando había ganado más partidos. Si fuera necesario dar pruebas de esa estupidez manifiesta, agregaré que los bandos se llamaban Tiburones y Monjarritas o algo así.
C) Por último, amigos de un compañero de teatro: (mismo nivel de desesperación personal) eran también unos tarados, pero jugaban mejor, fui varias veces pero me fueron cansando, eran demasiado competitivos, pero a decir verdad creo que era cosa de química, íntimamente me caían mal, y a la larga se nota.

Cierra este catálogo personal e inútil la excepción. El único grupo en el que me inserté de maravillas (sin conocer más que a quien me había llevado) tuvo lugar cerca de mis 15 o 16 y eran los amigos de mi amigo Esteban. Buena gente, que jugaba en el Club Asturiano de Mar del Plata a las tres de la tarde, le pagábamos unas monedas de menos a un gallego (asturiano) y jugábamos largas horas.

Que quiero decir? El fútbol es un evento social. Y tener un grupo es encontrar un lugarcito en el mundo que durante una hora, está hecho a tu medida.

3 comentarios:

  1. Como me duele que se haya olvidado del grupo de fobal con sus compañeros de la ENERC!!
    Noches deajo de la autopista compartidas con jugadores de la talla de un "Milanesa" Lamberti, un "Rifle" Nobile, y quien le habla "Pechito" Gontan.
    Grupo desparejo si los hubo, aunque hermoso...imperdonable lo suyo "Mariscal"!!!
    Abrazo.

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  2. NOOOOOOOOO GONTAN QUERIDO!!!! Dios me libre de semjante ofensa. No mencioné esa gran grupo, porque ese es un grupo al que pertenecía (que vi nacer jajaj) y no al que me acerque como un extranjero.

    Un Grupo maravilloso, lo mejor son los apodos!! Pechito, el rifle, milanesa, el murciegalo lepori,el gringo gianotti (deseo tener una foto de ese grupo como si fuera la de un plantel)

    Era un muy buen lugar en el mundo

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  3. Ya me parecía que ud. no se podía haber olvidado de aquellos encuentros tan ricos para el análisis. Me viene a la cabeza un "Buda" Janover, un "Tanque" Savio, Sturgeon con los calzones largos, alguna participación esporádica del "Malo" Leguiza. Grandes momentos.

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