sábado, 24 de julio de 2010

Uno para la Mesa 2

Por el Mariscal Boldini

Un filósofo mediatico, detestado por muchos (Tomas Abraham) dijo en un programa hablando del mundial después de la goleada a Serbia en el 2006, que el fútbol era infinito. Era parte de una argumentación más larga, pero yo me quedé con eso. El tipo decía que no se podía utilizar el fúbol como instrumento para otras cosas por el simple hecho de que el fútbol ni bien terminado un partido volvía a comenzar.

Yo por ejemplo en mi adolescencia, me bastaba ver una derrota de Independiente (algo demasiado común por esa época) para salir corriendo a la plaza a tratar de demostrar en un picado que las cosas podían ser distintas.

Hoy soy más maduro y no me gusta.

Veo a Passman y a Ruggeri en la tele y me duele. Extraño Sudáfrica, odio a todo ese grupo enorme de gente admirada por la pasión de Iker Casillas besando a su novia periodista.

Era el año noventi algo y Boca nos había dejado afuera de ese invento que era la Supercopa. Era jueves, algunos partidos de la Supercopa se jugaban de tarde y en general no eran codificados. En Boca jugaban arruabarrena, Acuña quien aún no había pisado Avellaneda e inciaba un segundo paso por el club el paraguayo Cabañas. Me fui a la plaza queriendo hablar de otra cosa. No necesitaba mucho más. Hoy se le parece, gracias a Dios se ha armado un heterogéneo grupo fijo y jugamos todos los domingos a la noche. El domingo pasado después de un cierre mio a los pies de un adversario, alguién me grito “Yepes!!!”. Me levante del cesped sintético sin decir nada, pero con el pecho un poco inflado.

Como siempre, como delantero acorralado se conforma con el corner, nuestras argumentaciones se van para el mismo lugar, el sentimiento futbolero.

No sé y realmente no creo que en otros lugares se viva del mismo modo. Puede ser Brasil, pero sin dudas a su vez será (muy) distinto.

Correspondería hablar de lo que vuelve a comenzar, de lo eterno lo infinito, del ave fenix y su sucursal futbolera en el ascenso. Pero creo que sólo estaré listo para eso cuando suene el pitido agudo del boton de negro y la pelota ruede dulce y mansa por el verde cesped; y no podemos dejar este espacio vacío tanto tiempo, justo cuando más se necesita la autoyuda futbolera.

Por eso y hasta entonces les dejo algo de lo que hemos querido hacer de Calma, chicha. Un mesa de bar.

1 comentario:

  1. El Toro Acuña y Cabañas!
    Marcico, Blas Armando, Comitas, Hrabina.
    Que manera de vestir la Azul y Oro, madre mia.
    Ya no vienen asi.
    Recuerdo con amargura una final de Supecopa en Avellaneda, que nos ganaron con goles de Pascualito Rambert...ese si que era un invento!
    A otro que le hubiera sentado bien la de Boca es al gran Palomo Usuriaga. Desde aca le manamos un saludo, donde sea que este, porque el futbol, como ud. y Abraham bien dicen, es infinto!

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