viernes, 2 de julio de 2010

Irrespetuoso


Pocas cosas son más contra natura que escuchar un penal por la radio. Es por definición un momento tensionante, cargado de emociones y angustia. Ahora bien, el relato radial del mismo no aporta más que saber si entró o no. Es acumular tensión y liberarla, de sopetón, sin atenuantes.

Hoy por la tarde me encontré una vez más ese ritual futbolero que es aunarse alrededor de una radio como si se tratara de un buen fuego en una noche a la intemperie. El silencio respetuoso de lo que un aparato de mierda trasmite con voz confusa. Éramos tres tipos en medio de un local de atención al público rogando que no entrara nadie. Obviamente nos caía simpático Uruguay pero a decir verdad los nervios -que eran muchos- eran los propios de semejante definición, y no de un amor particular por la celeste.

El que entienda este sentimiento sabe porqué un mundial es una especie de manjar maravilloso. Es sufrir gratis. Estar preguntando a cada rato información a completos desconocidos (a quienes uno reconoce por la cara de concentrados). Actualizar cada 5 segundos un página de internet.

De eso hubo mucho hoy.

Son casi las 12 y hasta ahora no he encontrado ningún periodista que pueda explicar claramente porqué perdió Brasil cuando después de los primeros 45 minutos parecía que ganaba 3 a 0 y caminaba de nuevo hacia la gloria, de ese modo inexorable que a nosotros no puede más que hincharnos las pelotas.

En el otro lado, un partido FEO. 1 a 1 con goles de los arqueros. Un alargue insulso. Alguna pelota cerca del palo. Camisetas feas, un delantero con la “3”. Hasta que en la última jugada Uruguay se decide a ganarlo.

(Un antropólogo debería irse a vivir largo tiempo a Uruguay. Intentar cualquier definición sería más que pretencioso, irrespetuoso. Son gente por lo menos rara. Afectos a la hazaña, al mito, a la patriada -en este caso futbolera. Sin embargo, la hazaña pareciera estar lejos de sus posibilidades. Confían ciegamente en cierto temple legendario, lo que más de una vez los deja con las manos vacías.)

Un tiro libre. Carambola. Suárez evita el gol con el muslo en la línea. Nuevo remate y dos jugadores celestes ponen su manos para evitar que entre. Pega en las de Suárez. Penal, roja y Uruguay empieza a ganar. Un minuto después Muslera grita sacado agradeciendo largamente al travesaño donde ha pegado el remate demasiado fuerte del 3 ghanés.

Hoy alguien dijo que parecía que hacían todo para sufrir más. Que cuando la tenían fácil la complicaban ellos solos. Algo así hizo Maxi Pereira pateando feo el penal posterior a la primera atajada de Muslera. Sin embargo, Muslera tapó otro, Sebastián Washington se coló en manuales de historia aún no escritos y a nosotros nos gustaría estar “tomándonos una” en plena Ciudad Vieja, disfrutando de lejos la fiesta celeste.

La frase más repetida del día ha sido “esto es el fútbol”. Por una vez estaremos de acuerdo. Por eso perdió Brasil y la estética futbolera agradece el gesto de Abreu; por eso, hoy cuesta dormir.

Mañana nos toca a nosotros. Ojala el dios futbolero nos quiera. Creo que es posible.

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